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pueblos blancos de Andalucía

Los 10 pueblos blancos más bonitos de Andalucía

Uno de los mayores atractivos de Andalucía como comunidad son sin duda alguna, sus pueblos blancos. Allá por donde vayas por estos lares sureños encontrarás una pequeña localidad repleta de calles estrechas, casas bajas e impolutas fachadas blancas. Los pueblos blancos de Andalucía son no sólo un reclamo turístico sino que en realidad, son la máxima representación de su esencia y personalidad. La luz del sur es única (ni mejor ni peor, única) y se refleja en estos recónditos lugares que bien merecen una escapada.

Si te gustan los road trips (viajes en coche) o las rutas por otros lugares, los pueblos blancos de Andalucía son una escapada perfecta para disfrutar más allá de las grandes ciudades. Los hay para todos los gustos y disfrutes: de montaña, de playa, más urbanos o más de campo. Cada pueblo blanco tiene una personalidad propia pero todos comparten un denominador común: la cal con la que cubren sus paredes resplandece como en ningún sitio.

En este post he elegido los 10 pueblos blancos más bonitos de Andalucía pero hay muchos, muchísimos más. Con estos se puede empezar a planificar una ruta bastante completa incluyendo ubicaciones de diferentes provincias andaluzas y mezclando mar y montaña. A partir de aquí, estoy convencida de que querrás volver y sumar más y más pueblos blancos. pero, por algún sitio hay que empezar.

Contenido de este post

Pueblos blancos: el origen

Todos hemos escuchado alguna vez esto de “los pueblos blancos de Andalucía”. Mucho se habla de ellos, los visitamos a menudo y nos quedamos enamorados de ellos. Hay quien se dedica incluso a sumarlos en sus experiencias de viaje para llegar a visitarlos todos. ¡Es fantástico! Pero… ¿sabemos realmente de dónde viene esto de “los pueblos blancos”?

Tengo que reconocer que como malagueña es algo que nunca me había planteado. Seguramente sea porque damos por hecho que esta terminología viene de “lo blanco de sus fachadas y casas” y es que a simple vista, cuando llegas a ellos, lo primero que salta a la vista es “lo blancos que son”. Normalmente no nos cuestionamos lo habitual, lo que está a nuestro alrededor, lo que siempre ha estado y parece evidente.

Escribir este post y otros tantos de los pueblos blancos (y visitarlos) me está llevando a un viaje de investigación sobre ellos que me fascina. Conocer la esencia y origen de los lugares es otra forma de viajar que me parece mucho más interesante y enriquecedora. No me lío más, voy al grano:

El concepto de “pueblo blanco” viene de lejos. Se originó a principios del siglo XVI cuando una serie de epidemias devastó la zona y los vecinos de estas localidades (como Comares, Frigiliana, Nerja o Mojácar) se vieron obligados a encalar las fachadas de sus casas para protegerse de las enfermedades.

Estas epidemias se sucedieron durante bastante tiempo, siglos incluso (se establece este periodo entre los siglos XVI y XIX). La cal fue la mejor herramienta y solución (al menos de las que había disponibles) para poder combatir a diversas y nefastas enfermedades como la peste, la fiebre amarilla o el tifus. Y es que como se suele decir por aquellos lares, “los virus blanquearon Andalucía”.

Además, hay que sumarle que la cal es relativamente barata y por aquellos tiempos de antaño, no había más recursos para poder invertir en pigmentos con los que decorar las fachadas de las casas. 

Pero no sólo poner freno a las enfermedades fue la motivación de pintar con cal las paredes de las casas en los pueblos andaluces. A día de hoy se mantiene esta práctica que se repite cada año antes de que arranque el verano por las cualidades “refrescantes” que aporta la cal. Es como un auténtico repelente natural que deja fuera a virus y al calor permitiendo mantener el interior un poco más fresco en los meses de verano intenso.

Sin duda alguna, la cal es un gran aliado de los pueblos del sur de España que actualmente siguen utilizándola para engalanar sus casas y fachadas. Un blanco impoluto que siempre reluce en sus localidades sobre todo, cuando comienza la primavera. Una transparencia aderezada con sumo detalle por macetas de intensos y vivos colores de plantas autóctonas como el geranio, los claveles o la bougainvillea.

Pueblos blancos de Andalucía más bonitos

Pocas experiencias son tan gratificantes en un viaje al sur como visitar los pueblos blancos de Andalucía. ¡Descubrimos 10 de ellos!

1. Frigiliana (Málaga)

frigiliana
Frigiliana

Toda buena ruta por los pueblos blancos de Andalucía tiene que empezar o como mínimo incluir (dependerá de por qué lado se empiece el camino) a Frigiliana, considerado uno de los pueblos más bonitos de España y una de las joyas de Andalucía. Y es que si se quiere percibir y entender rápidamente qué es un pueblo blanco, esta es la mejor opción.

Frigiliana es la máxima expresión y la mejor representación de un auténtico pueblo blanco andaluz. Sólo con llegar a él, pisar la Plaza de las 3 Culturas y mirar hacia arriba, entenderás por qué es un pueblo blanco y además, enamora a todo el que lo visita. Tiene un encanto único (no me cansaré de decirlo).

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Caminar y visitar su no tan pequeño casco urbano es como trasladarse a otra época. Sus calles empinadas y empedradas te envuelven de manera única para poder sentir y vivir en primera persona la esencia más malagueña de un pueblo de interior que no pierde su contacto con el mar. Un mar Mediterráneo que la vigila y la protege a una distancia perfecta, tan sólo 13 kilómetros.

Este pequeño pueblo blanco de Málaga tiene mucho que mostrar y ofrecer además de sus calles y casas encaladas de blanco. Con siglos de historia, se mantienen en ella un buen reducto de las culturas que por allí pasaron y dejaron buena impronta: romanos, musulmanes, moriscos y cristianos.

De todos ellos han quedado ejemplos majestuosos como la Casa del Apero, el barrio Mudéjar, la Iglesia de San Antonio de Padua, la Fuente Vieja o la famosa y fotografiada Calle Real.

Monumentos y lugares emblemáticos a los que sin duda, hay que sumar la visita al Palacio de los Condes de Frigiliana o El Ingenio, gran edificio ubicado a la entrada del pueblo que a día de hoy alberga la única fábrica de miel de caña en activo de Europa (esa miel oscura y densa que acompaña como nada a uno de los platos típicos de estos lares: las berenjenas fritas con miel).

Frigiliana no puede faltar en tu ruta si quieres de verdad vivir la experiencia de los pueblos blancos de Andalucía. Es bello allí donde mires y seguro, te va a atrapar. Si quieres conocer con detalle este pueblo, este artículo sobre qué ver en Frigiliana en un día te será de gran ayuda.

Comer y dormir en Frigiliana

Por supuesto en Frigiliana hay que hacer todo lo que se pueda y el tiempo de viaje permita. Comer será un auténtico placer (como en todos los pueblos de Andalucía, sean blancos o no). Aquí puedes probar platos típicos como esas berenjenas fritas con miel, paletilla de cordero o un buen mollete de pringá.

Entre los restaurantes más destacados está La Tahona del Zacatín (ojo a sus vistas panorámicas), la Taberna del Sacristán o La Domadora y el León en donde además se puede degustar la cerveza artesanal local.

Si tu viaje está planificado para dormir aquí, la oferta hotelera no es muy amplia pero sí muy especial. La Hospedería El Caravansar es un lugar único, con encanto especial en el que además de disfrutar de un sueño reparador, despertarás con un delicioso y casero desayuno más que rico. Además está el Hotel Rural Almazara – 3* y el Hotel Villa Frigiliana – 3* en pleno centro del pueblo.

*Nota: Si subes en coche (hay que llegar a Nerja y coger el desvío de la autovía), te recomiendo cien por cien aparcar a la entrada del pueblo en el gran parking ubicado bajo la Plaza de las 3 Culturas (o buscar aparcamiento por esta zona baja del pueblo).

2. Ronda (Málaga)

pueblos blancos de andalucia
Ronda

Otro de los imprescindibles entre los pueblos andaluces a visitar (sean blancos o no) es Ronda, uno de los pueblos más bonitos de Málaga y de toda la región. Mundialmente conocido por esa imagen única del puente “flotante” sobre el río Tajo, este pueblo de la serranía malagueña es literalmente espectacular.

Subir a este enclave de la geografía malagueña no defrauda a nadie y sin duda, se disfruta de una forma muy especial. Catalogado como pueblo blanco por el componente común de todos ellos, sus casas encaladas, Ronda es muchísimo más y puntos que ver no van a faltar.

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Entre los lugares más representativos de esta localidad están su Plaza de Toros (conocida por su historia goyesca que se remonta al siglo XVIII convirtiéndola en una de las más antiguas de España), el Parque de la Alameda y Mirador de Ronda, el Palacio de Mondragón, la Iglesia de Santa María la Mayor, el Palacio del Marqués de Salvatierra, el Palacio del Rey Moro, las murallas urbanas, los baños árabes o por supuesto, el puente sobre el río Tajo y el Camino de los Molinos.

Estos dos puntos son clave para disfrutar de unas panorámicas impresionantes que bien merecen hacer la foto y contemplar en calma absoluta durante un buen rato.

3. Nerja (Málaga)

nerja
Pl. Balcón de Europa

Nerja es otro de los obligatorios en las rutas por los pueblos blancos de Andalucía y por supuesto, en cualquier escapada por Málaga. Localizado en un punto estratégico del litoral, Nerja ofrece un amplio abanico de actividades y lugares que visitar que seguro, te dejarán estupefacto. Y es que sus cuevas, el gran reclamo turístico de la zona, son de las más espectaculares de Europa e incluso, del mundo.

El último pueblo de la costa malagueña por el este (justo después empieza la provincia de Granada) es una clara representación de los pueblos blancos de costa de la región. Con sabor auténtico a mar, sus playas y por supuesto, su gastronomía liderada por el pescaito frito y los espetos de sardina son el disfrute máximo de cualquier viaje.

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Empezar el día visitando las cuevas de Nerja (con más de 4.823 metros bajo tierra cuenta con la estalactita más grande del mundo – 60 metros de altura), continuar el día disfrutando del casco histórico en el que se encuentran edificios muy icónicos como el Ayuntamiento o la Iglesia El Salvador para terminar la jornada disfrutando de una deliciosa cena en el Balcón de Europa es el plan perfecto para un día de turismo.

Todo ello acompañado siempre por la posibilidad de disfrutar de las impresionantes playas de Cantarriján, que ofrece unas vistas únicas al parque natural desde sus desfiladeros.

Nerja siempre debe estar marcado en esta ruta de los pueblos blancos de Andalucía. Descubrirás otra forma de vivir con mucha más calma y cómo no, alegría. No te pierdas mi ruta de un día por Nerja para organizar tu visita. Si estás por la zona, también recomendamos visitar otros pueblos de la Axarquía malagueña.

4. Grazalema (Cádiz)

Grazalema
Grazalema

Este pequeño pueblo de Cádiz está considerado como uno de los más bonitos de España (qué maravilla que contemos con tanto tesoro a nuestro alrededor y que sea tan difícil decidir cuál es el pueblo más bonito). Se dice de Grazalema que es uno de los “fundamentales” que sí o sí hay que ver, aunque sea menos conocido que otros (como Ronda o Nerja).

Este escondite tiene una particularidad única y es que ostenta el pluviómetro más alto de España (el instrumento que mide la cantidad de precipitaciones – lluvias que cae en un lugar específico durante un periodo de tiempo). Pero sin duda alguna, lo que hace único es que está localizado justo en el centro del Parque Natural Sierra de Grazalema… ¡Una maravilla!

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Esta joya de los pueblos blancos de Cádiz, Grazalema, tiene un sinfín de lugares para visitar como el Mirador de los Asomaderos, las diversas fuentes repartidas por su casco histórico, el Monumento al Toro de Cuerda de Grazalema, la Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, la Plaza de España (un imprescindible del pueblo), la Iglesia de San Juan o la calle Doctor Mateos Gagos… considerada la más bonita y por supuesto, fotografiada de Grazalema.

Además, en este pequeñito pero especial pueblo no te puedes perder el Museo Textil y otras calles reseñables para conocer la esencia del pueblo como Las Piedras y Las Parras y la Calzada Medieval.

Una de mis recomendaciones más especiales para este lugar es quedarse allí a dormir. Bien en el pueblo como tal o si no, en el Parque Natural Sierra de Grazalema. Si te gusta la naturaleza, será una experiencia única y la mejor terapia para recuperar energía y aumentar los niveles de tranquilidad y relax.

Las opciones más interesantes son el Hotel Casa de las Piedras (en el mismo centro urbano), la Villa Turística de Grazalema (estupenda para el verano ya que cuenta con piscina) o incluso el Luxury accomodations with coworking in Grazalema (perfecto si eres nómada digital y te apetece ir allí para trabajar en naturaleza y calma).

5. Setenil de las Bodegas (Cádiz)

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Setenil de las Bodegas

De Setenil de las Bodegas lo más representativo es que es “un pueblo diferente” y de ahí, lo especial. Antes de dejar la costa gaditana (Cádiz) en nuestra ruta por los pueblos blancos más bonitos de Andalucía, no podemos pasar por alto esta parada que para muchos, es bastante curiosa.

Su emplazamiento, justo en el cañón del río Trejo, ha generado un escenario natural inconfundible y realmente espectacular. La mayoría de las viviendas de la localidad están construidas bajo un saliente de la gran roca que cobija a sus habitantes y la vida de estos.

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A tan sólo 96 kilómetros de Málaga y a 135 de Cádiz (aunque parezca paradójico, Setenil pertenece a Cádiz), lo más fácil para llegar a este rinconcito es utilizar el coche (el autobús tiene poca frecuencia y el tren, ni llega). Una vez allí, lo más recomendable para visitar es sin duda, el casco urbano del pueblo que como comentamos, está construido bajo el saliente de una gran roca. La Calle Cuevas del Sol es la más conocida y la que todo el mundo visita (es esa fotografía que todo el mundo tiene en mente).

Además, el resto de calles de la localidad son igual de interesantes y cuenta con otras casas construidas en sus cuevas: Cuevas de la Sombra, Calle Mina, Calle Jabonería, Calle Triana o Cuevas de San Román.

En estas calles no faltan la oferta de bares y restaurantes para disfrutar de la gastronomía de la zona. Y por supuesto, pastelerías para hacer buen recaudo de los dulces típicos.

Del pueblo lo mejor es llevarse la experiencia y las vistas. Pasear sus calles, subir a sus Miradores como El Lizón o el Homenaje son las mejores “excursiones” para realizar.

Si quieres vivir la auténtica sensación de lo que es dormir en un entorno único, lo mejor es alojarse en este pequeño pueblo. Opciones allí mismo no hay muchas pero siempre es una experiencia. Yo elegiría entre Hotel Villa de Setenil (en el mismo centro) o a 1 kilómetro, Tugasa El Almendral (muy bueno para el verano porque tiene piscina).

6. Mojácar (Almería)

mojacar
Mojácar

No sé qué tendrá Mojácar pero desde que fui recientemente, sólo pienso en volver. Y me refiero a Mojácar pueblo (que como tantos otros pueblos de Andalucía tiene su versión costera y la de interior). Mojácar pueblo es una belleza a cada paso. Sus calles y su esencia marroquí de antaño te inunda de una energía única que querrás mantener para siempre.

Conocido como el pueblo de los Indalos (en Almería), Mojácar tiene un casco histórico nutrido y repleto de lugares míticos. En 1787 fue considerada como la segunda ciudad en extensión del Reino de Granada (antes de las sequías del siglo XVIII). A día de hoy su casco urbano es un reducto de aquella riqueza y grandiosidad.

Lo de los Indalos es algo mucho más reciente pero con mucha importancia y relevancia para los lugareños. Alrededor de 1950 el artista Jesús de Perceval liga este símbolo del indalo a Mojácar, momento en el que se convierte en una seña de identidad almeriense.

De este pueblo blanco (además es uno de los blancos de esencia pura), no te puedes perder:

  • El Barrio del Arrabal. Pasear por él es una auténtica delicia y sólo en él se entiende lo que fue este rincón ya que fue el barrio judío de la localidad.
  • La Casa de la Canana. Una auténtica casa de pueblo blanco que hoy en día es un museo en el que descubrir cómo era la vida de los de Mojácar antiguamente.
  • La Calle de Enmedio. Una de las calles en las que se respira la autenticidad cultura de los pueblos blancos.
  • La Plaza del Parterre. Mires donde mires querrás hacer una fotografía.
  • La Iglesia de Santa María o la Plaza Nueva de Mojácar (espectacular para disfrutar del paisaje).

Más allá del Mojácar pueblo también está el Mojácar playa del que sin duda, no hay que irse sin disfrutar de sus playas impresionantes (Mojácar está a pocos kilómetros del Parque Natural de Cabo de Gata que cuenta con unas playas de las de enamorarse).

7. Pampaneira (Granada)

Pampaneira
Pampaneira

Granada ofrece un amplio abanico de pueblos blancos diferentes tanto de costa, como de interior. En una provincia rica y diversa como esta, podemos encontrar tesoros recónditos en los que empaparnos de la cultura de la zona.

En plena Sierra de la Alpujarra y a la falda de Sierra Nevada se encuentra Pampaneira, un pequeño municipio en el que permanecen algunas de las tradiciones y costumbres de épocas pasadas (sobre todo de la cultura morisca musulmana que se asentó en la zona hasta su expulsión definitiva en 1609). 

De entonces podemos disfrutar las casas encaladas de blanco impoluto (y que da nombre a la ruta de los pueblos blancos que tanto admiramos), las chimeneas en las viviendas sobresaliendo de sus techos rasos (y súper identificativos de la zona) y los tinaos (los soportales o porches que tanta vida dan a estos pueblos en verano).

Pampaneira es especial y empezarás a notarlo en cada metro de ascensión y en las curvas de la carretera de la Alpujarra. No es una carretera fácil (muy estrecha y con bastantes curvas) pero seguro, merece muchísimo la pena. Al llegar arriba lo mejor es dejar el coche en la entrada en los aparcamientos gratuitos habilitados. A partir de aquí, es el momento de seguir subiendo a pie.

Justo al entrar al pueblo llamarán tu atención diferentes tiendas de alfombras (a cada una más espectacular) hechas allí mismo (en las propias tiendas te muestras los telares con los que elaboran estas piezas únicas). Unas jarapas que además de decorativas dan un calorcito en invierno más que agradable y bienvenido.

Posteriormente, los lugares de interés del pueblo van apareciendo en el paseo por el centro. La fábrica de chocolate es uno de los lugares más interesantes a visitar y por supuesto, para degustar. La Plaza de la Libertad, la Iglesia de la Santa Cruz, la Fuente de San Antonio, el Lavadero o la Calle del Silencio son otros puntos imprescindibles en la visita.

Cualquier punto de sus empinadas calles son un improvisado pero único mirador desde el que admirar toda la serranía (que en invierno pueden verse nevadas). Lo mejor del paseo será comer en uno de sus restaurantes entre los que destacan Casa Julio (está a la entrada del pueblo y es el más conocido), Bodega Asador El Lagar o el Restaurante Ruta del Mulhacén. En todos ellos lo mejor, el plato alpujarreño que te ayudará como nada, a reponer fuerzas.

Desde allí se puede ir a otros pueblos de la Alpujarra para aprovechar la subida como Órgiva, Soportújar (el pueblo de las brujas), Trevélez (un jamón ibérico exquisito) y por supuesto, Lanjarón (con su manantial de agua más internacional y beneficioso para todos).

8. Salobreña (Granada)

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Salobreña

Dejando atrás la montaña es momento de encaminarnos a la costa granadina. Es la menos extensa de toda Andalucía, sólo cuenta con 38,1 kilómetros pero está repleta de pequeños pueblos blancos a cuál más interesante.

De entre todos ellos he elegido Salobreña por su color, su alegría y su oferta cultural. Además, Salobreña está enclavado entre otras dos joyas, Almuñécar y Motril de los que le separan escasos kilómetros. Lo mejor es ir a visitar los 3 pueblos para vivir al máximo la costa granadina.

A Salobreña es muy fácil llegar desde Granada o desde Málaga por carretera o también en autobús. Una vez allí, lo mejor es pasar la mañana recorriendo el centro y visitando sus puntos de interés y la tarde, dedicarla a la playa (en verano para bañarse y en invierno, para pasear porque siempre, menos raras excepciones, un clima magnífico).

🎟️ ¿Cuentas con poco tiempo para ver Salobreña? Si aún así quieres conocer bien este pueblo, nada mejor que hacer este free tour por Salobreña. ¡Es muy interesante!

Representación inmejorable de la Costa Tropical, Salobreña ofrece un centro urbano repleto de opciones como la Plaza del Ayuntamiento, el Museo Histórico, la Iglesia del Rosario (del s. XVI y estilo mudéjar y gótico) y la bóveda medieval que aún se conserva perfectamente. Estos son solo algunos de los lugares más interesantes que ver en Salobreña.

Sin duda alguna, nadie se puede ir de aquí sin visitar el Castillo de Salobreña, emblema de la localidad. Una fortaleza del siglo X que cumplió como residencia de verano de la familia real nazarí y prisión para la realeza durante los siglos XII, XIV y XV. Tras varias reconstrucciones se abrió al público en 2014.

Mi recomendación personal aquí es disfrutar del día haciendo ruta por la Alpujarra e incluso, Sierra Nevada (según la época) y después bajar hasta la costa para cenar un rico pescaito, descansar y al día siguiente, conocer la costa.

En Salobreña hay diversa opción hotelera entre los que destacan el Hotel Salobreña Suites, el Hotel Miba o el Oasis & Spa Apartment.

9. Zuheros (Córdoba)

zuheros cordoba
Zuheros

Antes de terminar la ruta por los pueblos blancos de Andalucía he querido añadir uno de Córdoba y otro de Jaén. La elección como de costumbre, nada sencilla pero entre todos los pueblos blancos maravillosos de la zona me he decantado por Zuheros.

Está ubicado al sur de la provincia en la conocida como Comarca de la Subbética dentro del parque que lleva el mismo nombre. Es un enclave perfecto para reconectar, estar en tranquilidad y disfrutar de la naturaleza con la auténtica esencia andaluza.

Su casco histórico está muy bien conservado tanto que en 2003 fue declarado como Bien de Interés Cultural en la modalidad de Conjunto Histórico – Artístico. Los puntos claves a visitar son sin duda alguna el Castillo de Zuheros (construido en el siglo IX), la Cueva de los Murciélagos (la más grande de Córdoba con 3.300 metros tipográficos), el Museo Arqueológico de Zuheros, el Museo de Costumbre y Artes Populares, la Plaza de la Paz, el Paseo de la Constitución o el Puente Colgante y el parque Periurbano.

Además, para disfrutar de unas vistas únicas sobre toda la comarca hay 4 miradores a cual más impresionantes: el de la Villa, el de las Escominillas, el de la Atalaya y La Cruz de la Atalaya (todas excursiones más que interesantes).

Este pueblo es una oportunidad única para conocer la esencia de los pueblos blancos cordobeses pero además, una cita ineludible para los amantes del queso. La Quesería Los Balanchares es muy reconocida y produce sus propios quesos. Además, el aceite de oliva de la zona es inmejorable tanto, que cuenta con 3 denominaciones de origen: Baena, Priego de Córdoba y Lucena.

10. Cazorla (Jaén)

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Cazorla

Por último, sólo para dar cierre a esta ruta o listado, nuestros pasos nos llevarán hasta Jaén. Allí encontraremos el más que conocido pueblo de Cazorla, compuesto por un enjambre bellísimo de pequeñas casas blancas en pleno valle de la Sierra de Cazorla. Todo ello vigilado desde la altura por el Castillo de la Yedra y rodeado por olivares de dorado fruto.

Cazorla es conocido por su ubicación en la Sierra del mismo nombre pero también por su impresionante patrimonio histórico. Una visita a su centro urbano tiene que incluir siempre, la Plaza de la Corredera, el Balcón de Zabaleta, la Plaza de Santa María, la Iglesia de Santa María y Bóveda del río Cerezuelo, la Senda del río Cerezuelo y por supuesto, el propio Castillo de la Yedra.

🎟️ ¿Cuentas con poco tiempo para visitar Cazorla? Si aún así quieres conocer bien este pueblo, nada mejor que hacer esta visita guiada por Cazorla. ¡Te encantará!

Para terminar la visita qué mejor que incluir una parada en una almazara para conocer de primera mano cómo se extrae el aceite de oliva virgen de cada cosecha de aceitunas. En estas tierras es la fuente e impulso económico y como aquí, en pocos lugares se puede ver y sobre todo, probar, degustar y disfrutar. Echa un vistazo a esta visita a un olivar y a una almazara, ¡incluye cata de aceites!

Esta es mi particular elección de los 10 pueblos blancos más bonitos de Andalucía. En cada uno de ellos te dirán que es el pueblo más bonito de Andalucía o incluso, de España… Y razón no les faltará y es que como siempre digo, tenemos la inmensa suerte de vivir en un país con belleza a raudales. ¿Qué mejor que disfrutarlo y conocerlo a fondo?

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María Alcaraz

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