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Qué ver en Mallorca en 7 días
Mi forma de viajar es levantarme temprano (esto lo hago también en mi vida diaria) y dedicar la mañana a visitar cosas, después comemos y, por último, pasamos a visitar más lugares o, en este caso, descansar en la playa con un buen libro.
Soy de las que prefieren ir a visitar lugares fresquita por la mañana y ya después, ir a la playa. Al revés, para mí, es un engorro porque ir a la playa por la mañana y después, con arena y demás, visitar se me hace complicado. Además, en un viaje relativamente corto, no hay tiempo para volver a casa a ducharnos y seguir la ruta.
De esta forma te expondré mis 7 días en Mallorca pero por favor, como siempre, tú adáptalo a tu forma de viajar y como más te guste hacer tus días. Nuestra “base de operaciones” estaba en la capital, Palma de Mallorca y desde allí, fuimos a todos los sitios en nuestro coche de alquiler.
La isla es bastante asequible en coche y no se tarda más de una hora y media en cruzarla por lo que no hay problema. Eso sí, agrupamos los sitios a visitar por zonas (que puedes ver al final del post en un mapa con todos los puntos).
Día 1 en Mallorca
Es nuestro primer día en la isla (el día de llegada) nos lo planteamos con calma. Además, hay que tener en cuenta que el aeropuerto de Palma es uno de los que más tráfico y volumen tienen de España, por lo que además de grande, está siempre abarrotado y más si es primavera o verano.
Tómatelo con calma porque te llevará tiempo y energía recorrerlo y llegar hasta tu coche de alquiler, que cogerlo es mi máxima recomendación para moverte bien por la isla. A nosotros, 7 días de alquiler nos costó 160€ + el seguro que elijas.
Del aeropuerto fuimos hasta nuestro alojamiento para dejar las maletas y cambiarnos de ropa (el calor era más aquí y preferíamos ir más cómodos). Tras esto, decidimos que nuestra primera jornada, o lo que queda de ella, será para conocer un poco y pasear por la ciudad de Palma (a la que después dedicaremos otra mañana).
Palma de Mallorca
Al llegar al centro aparcamos en un parking (no vimos otra opción viable sobre todo sin conocer nada). Elegimos el parking Mallorca (muy bien ubicado entre el centro y el barrio de Santa Catalina) y también muy bien de precio.
A la salida del parking y sin conocer nada, nos dirigimos a nuestra izquierda y llegamos a una agradable calle peatonal repleta de restaurantes. Elegimos uno y qué gran acierto… Restaurante Brutal (aún nos estamos regodeando del maravilloso arroz con pescado y marisco que nos regalamos).
Tras la comida, nos dirigimos a pie hacia el centro de la ciudad, el corazón de Palma. Allí descubrimos lo que para nosotros es el mejor adjetivo que define a la ciudad y a toda la isla: elegancia. Palma nos pareció elegante y de ahí, desgranamos que es bonita, agradable, está muy limpia y aunque hay muchos turistas, todo parece que sucede a otro ritmo… El aroma del mar hace mucho, la verdad al menos, para mí.
Dejamos la zona de la Catedral de Mallorca (casco antiguo) para nuestra siguiente mañana en la ciudad y nos dedicamos más al Paseo del Borne, la zona de la muralla, el barrio de La Calatrava, etc.
Empezamos nuestro paseo precisamente por aquí, por la muralla, bordeando el puerto, el paseo marítimo y el mar. Te toparás en tu paseo con el Auditorio de Palma, el Real Club Naútico y, por supuesto, la muralla, que es impresionante en plena ciudad y paseo marítimo.
Desde ahí subimos por alguna de las diferentes callejuelas llegando a una agradable plaza, Plaza de La Drasanna, punto de partida para visitar la parte trasera del paseo marítimo y del centro urbano de Palma. Callejea por aquí, descubrirás lugares únicos como la Plaza de Cort (el Ayuntamiento), la Sa Llotja de Palma o Es Baluar (donde se encuentra el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo).
Durante nuestro paseo por Palma decidimos tomar un té frío en un lugar muy agradable y bonito. Es el hotel Meliá Summum, un pequeño hotel boutique de la cadena hotelera mallorquina que tiene un patio interior exquisito en el que relajarse al máximo.
Para conocer con detalle la ciudad de Palma de Mallorca, hemos creado estos otros posts detallados de la capital:
Día 2 en Mallorca
Arrancamos el segundo día de nuestro itinerario enfocándonos al norte de la isla. Vamos a una zona muy bonita, repleta de pequeños pueblecitos muy pintorescos y auténticos mallorquines.
Pollença
Pollença pueblo es nuestra primera parada del día, a tan sólo 58 kilómetros de la ciudad de Palma.
Al llegar lo primero que hicimos fue ir a desayunar. Yo había hecho un trabajo previo de búsqueda de cafeterías de especialidad o “bonitas” y allí, un poco alejado del casco antiguo, encontramos la cafetería Hermanas Sisters. Su carta es estupenda e incluye, a muy buen precio, tostadas de aguacate, té matcha, chai, etc.
Después, paseamos por el centro histórico. Hay que destacar lugares emblemáticos como el Convento de Sant Domingo, la Torre Desbrull, la Plaza Mayor de Pollença, la Plaza Vieja, la Plaza de la Almonia, el Oratorio de Sant Jordi y, por supuesto, El Calvario. Para llegar a este punto tendrás que subir los 365 escalones que lo separan del pueblo.
Es un pueblo pequeño pero agradable, con mucho encanto y que merece la pena visitar para al menos, callejear por sus calles.
Puerto de Pollença
Tras la visita al pueblo de Pollença, no podíamos irnos de allí sin acercarnos a su puerto, al Puerto de Pollença (quienes me leéis, sabéis mi pasión por los puertos).
Es un puertecito recreativo pequeño pero que tiene un paseo marítimo a pie de playa maravilloso. Es estrecho (no te esperes un gran paseo marítimo) pero pocos he visto con este encanto. Parece que vas a rozar las toallas de los bañistas pero pasear por él y disfrutar de las inmensas casas mallorquinas que lo adornan, es realmente muy agradable.
Alcudia
Nuestra siguiente parada será un pueblo medieval de la zona norte de Mallorca, un poco de interior (no tiene playa directamente en el pueblo), que parece sacado de un cuento. Alcudia es realmente bonito, pintoresco y muy auténtico.
Aparcamos justo fuera del casco antiguo, tras el arco de entrada o Porta Mallorca y de ahí, caminamos por todas sus calles. No te pierdas el Ayuntamiento de Alcudia, la calle Mayor y su entramado de callejuelas, el Can Torró, la Iglesia de Sant Jaume, la Porta del Moll (otra de las puertas muy bien conservadas) o transitar el paseo de la muralla.
Además, a las afueras del casco urbano también puedes visitar la Ciudad Romana de Pollentia que data del 123 a.C.
Este fue nuestro lugar escogido para comer. Ante la amplia oferta gastronómica del pueblo, entré en una farmacia y pregunté a la farmaceútica por un restaurante “local” que estuviese bien. Nos indicó con mucho acierto uno de la plaza principal, La Fonda. Elegimos menú del día (20€ por persona) y comimos muy muy bien y muy rico.
Puerto de Alcudia
Tras una rica comida, nos dirigimos al punto que nos queda por visitar en el día de hoy (antes de ir a descansar a la playa). Es el Puerto de Alcudia y en este caso debo reconocer que aunque bonito, es más turístico que el anterior y está totalmente enfocado al ocio. Es un gran paseo marítimo repleto de restaurantes y bares que bordean una gran playa con todos los servicios (hamacas, juegos, vigilantes, etc).
Aprovechamos para tomarnos un rico café (muy muy rico) en el Beach Club del Puerto de Alcudia (muy «beach club» pero muy agradable). Cuenta con sofás mirando hacia el mar y de precio, sorprendentemente bien, un café con leche: 3,5€.
Playa Es Comu – Playa del Muro
Para terminar el día, disfrutamos de nuestra primera jornada playera que incluyó el baño inaugural del verano. Fuimos hasta la Playa Es Comu – Playa del Muro. Para llegar a ella hay que aparcar en la carretera (hay algunos pequeños terrenos al lado para aparcar pero cuidado al cruzar) y tras un pequeño paseo de 5-10 minutos, llegas a la playa.
Es una gran playa en longitud, muy limpia y que realmente te invita a relajarte y darte un buen baño.
Como nota, antes de irnos y cuando ya nos habíamos bañado, vimos un gran pez con aleta muy cerca de la orilla que asustó a los bañistas que estaban dentro del agua… Un dato curioso pero nada peligroso. Como buceadora debo decir que los peces que se acercan tanto están desorientados y no son ni peligrosos, ni agresivos ni tienen intención de atacar.
💡 Hay muchísimas opciones para encontrar alojamiento (ya sabemos que está muy enfocada al turismo). Todo dependerá de la zona que elijas para alojarte y de ahí, tu ruta. Para no entretenerte más, mejor te dejo este otro post detallado sobre las mejores zonas donde dormir en Mallorca.
Día 3 en Mallorca
Es el tercer día en nuestro itinerario por la isla de Mallorca y hoy nos dirigiremos a otra zona para descubrirla también en detalle, la Tramontana (la zona montañosa de Mallorca). Hoy visitaremos uno de los que dicen es el pueblo más bonito de Mallorca (aunque hay mucho de gran nivel donde elegir).
Puerto de Sóller
Qué maravilla es para mí empezar el día y la ruta en un puerto, con vistas a un faro y desayunando tranquilamente con olor a mar. Así hicimos hoy cuando llegamos al Puerto de Sóller. Es un puerto pesquero (pequeño) y deportivo coronado por el Faro des Cap Gros.
A primera hora de la mañana tiene ese ambiente local que tanto me gusta. Elegimos una de sus cafeterías, Bar Oceà, para desayunar un buen batido de frutas y un café.
Aparcar aquí es muy fácil, justo sobre el puerto hay un parking que funciona como la zona azul de las ciudades.
Fornalutx
Tras el puerto, bajamos hasta un curioso pueblo ubicado en un valle (la bajada es a través de una estrecha carretera serpenteante), Fornalutx. Es un pueblecito pequeño pero muy curioso con marcado acento medieval, muy de piedra.
Lo más interesante es pasear por sus calles. Carrer des Metge Mayol es una estrecha y empinada calle con escaleras que siempre está repleta de fotógrafos casuales. También es muy interesante la Iglesia de la Natividad de la Mare de Déu, la Plaza de España con diversas cafeterías y terrazas (muy chulo el Café Med), el Ayuntamiento de Fornalutx o la casa de Can Xoroi (en la que te adentrarás en la historia del pueblo).
Sóller
Ahora sí, es el momento de llegar a uno de los puntos clave de la isla, Sóller. Es, como decía, uno de los pueblos más bonitos de Mallorca y realmente, me parece muy bonito aunque también hay otros muy especiales.
Sóller es conocido, entre otras cosas, por su tranvía que recorre sus calles y baja hasta el puerto haciendo un recorrido único en un tranvía antiguo de madera abierto para tener mejores vistas.
En el pueblo, además, no dejes de visitar la Plaza de la Constitució en la que se ubican el Ayuntamiento, el Banco de S´pller y la Iglesia de Sant Bartomeu (las 3 grandes joyas de la localidad). Acércate hasta la calle de Sa Luna, una antigua calle repleta de tiendas locales y a través de la que llegarás a Can Prunera, el Museo Modernista.
Si te gustan los mercados, el de Sóller también es una gran oportunidad para disfrutar de producto fresco local muy rico. Tanto en el mercado como en todas las calles de Sóller te llamará la atención la gran cantidad de naranjas que hay por todos lados. Si quieres descubrir por qué y su historia, acércate a un kilómetro del centro hasta Econvinyassa, el huerto de naranjos de 18.000 metros donde te explican todo lo referente a este cítrico.
Por último, súbete al tranvía de 1913 y descubre cómo era viajar de otra manera. El recorrido te llevará hasta el puerto atravesando la Tramuntana y bordeando la costa. Puedes comprar los tickets en su web.
Elegimos para comer un restaurante local con un agradable patio interior y comida fresca y saludable, Miga de Nube (todo casero, muy rico y normal de precio). Tras la comida, fuimos a dar otra vuelta por el pueblo y llegamos hasta ReOrganic, un ecocentro con restaurante y cafetería… Ideal.
Deià
Posteriormente volvimos a bajar hasta otro pueblo de la zona (hay que conducir un ratito y bajar por otra carretera serpenteante), Deià.
Es un pueblo “extraño” en cuanto a su distribución y construcción. Está ubicado a ambos lados de la carretera y además tiene bastante turismo. Dicen que durante los años 60 fue el lugar de cobijo de escritores y pintores… y algo de su carácter bohemio le ha quedado.
Está en cuesta por lo que sus calles son empinadas y están hechas de piedra… cuidado al andar. Allí acércate al Mirador de Deià, el Museo Arqueológico, la Iglesia de Sant Joan Baptista o la Casa de Robert Graves.
Antes de marcharnos intentamos ir a dos cafeterías de especialidad que se ubican allí pero ambas estaban cerradas. Nos decantamos por un café en un restaurante italiano con terraza (hacía bastante calor).
Valldemossa
Continuamos nuestra tarde por otro bonito pueblo, muy muy bonito, de verdad, aunque también reconozco que un poco caro (1 kilo de higos en una frutería valía 15€ o un té matcha en una cafetería, 9€).
El pueblo es encantador, muy auténtico y con diferentes puntos que visitar: la Real Cartuja, los Jardines del Rey Juan Carlos I, el Palacio del Rey Sancho, el Mirador de miranda des Lledoners, la Plaza Pública o la Iglesia de Sant Bartomeu. Si quieres más, descubre todos los planes en este post sobre qué ver en Valldemossa.
Además, hacia la salida del casco urbano encontrarás un agradable jardín en el Museo de Chopin y George Sand. Me encanta la historia de que aquí estuvo viviendo durante un invierno el gran compositor Fréderic Chopin junto a su compañera, la escritora George Sand, en la celda 4 del convento de la Cartuja.
Por último, y como curiosidad, en casi todas las casas del pueblo encontrarás un azulejo con la imagen de Santa Catalina Tomás. Esta gran devoción se debe a que es procedente de este pueblo y aquí se ubica su casa natal.
Y si quieres traerte una foto inolvidable, que sea en la calle de la Rectoría.
Puerto de Valldemossa
Terminamos este tercer día de la mejor forma posible: bañándonos en el mar en el Puerto de Valldemossa. Reconozco que estábamos cansados y que dudamos mucho de si bajar o no porque hay que ir por una carretera muy muy estrecha y empinada de unos 20 kilómetros… Pero nos decidimos y cuando llegamos abajo, no pudimos ser más felices.
El puerto es muy pequeño y sólo hay una hilera de casas de dos alturas. Nos bañamos como lugareños en el embarcadero y nos quedamos allí para contemplar la puesta de sol en el único restaurante del lugar… ¡Maravilloso!
El Puerto de Valldemossa es de esos lugares que hay que descubrir o quizás, dejarlo en secreto para que perpetúe su encanto… Aún lo estoy pensando.
Día 4 en Mallorca
Vamos a por el día 4… Empieza a aparecer el cansancio aunque debo reconocer que como siempre cenamos ligero y estamos disfrutando de la playa por la tarde, no está siendo un viaje de esos exhaustos así que genial porque aunque parezca que no, 7 días fuera de casa y visitando lugares, ya son días.
Artà
Hoy hemos escogido la zona noreste de la isla para conocer algunos de los pueblos de allí. Antes, en el recorrido, paramos en otro pueblo que sólo está en la ruta porque allí me han dicho que hay una cafetería muy especial y bonita, es Café Parisien… Desayunamos en ella y no defraudó para nada. Está en Artà y además de una carta riquísima, el lugar es muy bonito y especial.
Tras desayunar, dimos una pequeña vuelta por Artà pero es pequeño y además, llovía así que nos fuimos hacia nuestro destino.
Capdepera
Este pueblo es el primero que teníamos marcado para hoy. Dicen de él que es una joya escondida de Mallorca. Para mí lo más especial y grandioso de él es su castillo, que además de estar muy bien conservado tiene una muralla impresionante con unas vistas únicas sobre el valle, el pueblo y el mar.
Dentro del castillo además está la Capilla de la Virgen de la Esperanza. Según la leyenda, tiene poderes milagrosos. Estos datan de cuando durante una invasión de los berberiscos, los lugareños sacaron a la virgen en procesión y los piratas pensaron que eran soldados y se retiraron.
El horario es de lunes a domingo de 10:00h a 17:00h y el precio de la entrada (que merece la pena) es de 3€ por persona.
Tras tu visita al castillo, pasea por el pueblo (nosotros coincidimos con el mercadillo semanal que tenía de todo, incluyendo producto fresco) y sobre todo, disfruta de las vistas y la tranquilidad.
Desde el pueblo, es un gran plan dirigirse al Faro de Capdepera, situado a pocos kilómetros de distancia. Es un faro activo aún que se edificó en 1861 y es muy especial porque es el punto más oriental de toda la isla.
Cala Ratjada
Llegamos a Cala Ratjada, el segundo puerto más importante de Mallorca. No nos detuvimos mucho porque íbamos un poco apretados de tiempo y además, lo reconozco, somos más de pueblos y puertos pequeños.
La localidad es muy turística, tanto que es el destino preferido por el público alemán para comprar una vivienda para la jubilación.
Como se venía la hora de comer y para por la tarde teníamos un plan muy especial, decidimos ir a comer. Elegimos un chiringuito de playa en Cala Ratjada, una famosa playa de Mallorca. Allí pudimos comer en un lugar muy normal pero con unas vistas muy chulas sobre la playa. Es un chiringuito autoservicio de toda la vida en el que el pollo asado está bastante bien.
Cuevas del Dratch
Y por último, llegamos a nuestra actividad especial de hoy, visitar las Cuevas del Drach. Yo no soy muy de cuevas, lo tengo que confesar (soy un poco claustrofóbica). Sin embargo, en estos casos, gestiono ese miedo y me adentro en ellas para contemplar la fuerza de la naturaleza en estado puro.
No tenía ni idea del plan (se encargó mi compi) así que a cada paso, me iba sorprendiendo más y más. Las Cuevas del Drach están situadas en la costa oriental de Mallorca, en el pueblo de Porto Cristo (donde también está la fábrica de Majorica – las perlas).
Tienen una extensión horizontal descubierta y habilitada para la visita de 1.200 metros de longitud con una cota máxima de profundidad de 25 metros bajo la superficie. Son una auténtica maravilla. Dentro, la visita, tiene una sorpresa muy especial que yo no sabía y que me dejó emocionada como hacía tiempo y que prefiero no desvelarte. Lo verás al comprar la entrada.
Si compras la entrada con antelación por su página web, te sale más barata y además, te lo aseguras.
Esa tarde empezó a llover fuerte, llover barro, así que tras el cansancio y la emoción, decidimos ir pronto a descansar.
Día 5 en Mallorca
Este día seguimos descubriendo la ciudad de Palma y terminamos la tarde en la playa.
Palma de Mallorca
Tras el chaparrón de ayer, hoy amanece nublado y lloviendo a ratos así que decidimos, sobre la marcha, que será el día perfecto para dedicar la mañana, de nuevo, a la ciudad de Palma ya que nos quedan puntos clave por visitar (de ahí lo que os decía al principio, que los viajes aunque organizados, hay que dejar siempre algo a la improvisación).
Volvemos a la ciudad y elegimos el parking del primer día porque nos venía muy bien para nuestro objetivo, visitar la Catedral de Mallorca y el barrio judío.
Catedral de Mallorca
Vamos directamente a la catedral y desde la puerta, compramos online la entrada y entramos directamente. No sabía nada de esta catedral y me sorprendió muchísimo. Es enorme, muy grande y por dentro te dejará sin palabras porque combina el estilo más clásico de las edificaciones eclesiásticas con el modernismo de grandes artistas como Gaudí o el pintor mallorquín Miquel Barceló (ambos han dejado su impronta única en el interior).
Paseando por ella irás descubriendo siglos de historia desde su edificación, en los siglos XIII – XIV hasta la actualidad, siglos XX – XXI. Solo pensar que es la catedral con el rosetón más grande del mundo de entre todas las catedrales góticas, ya te haces una idea de lo impresionante que es.
- Horarios de visita: de lunes a viernes de 10:00h a 17:15h (en invierno hasta las 15:15h) y sábados de 10:00h a 14:15h (domingos cerrado).
- Precio de la entrada: general – 10€ / general + terrazas – 25€.
Palacio Real de la Almudaina y barrio judío
Al salir de la catedral encontrarás en frente un gran palacio judío, la Almudaina, que también se puede visitar y descubrir el efecto de la época judía en la ciudad. Y como estás por el barrio judío, qué mejor que pasear por sus callejuelas que siempre tienen muchísimo encanto.
De aquí nos dirigimos al centro de la ciudad y ya tocaba hacer una parada para tomar un rico té matcha. Elegimos, por supuesto, una cafetería de especialidad situada alrededor del ayuntamiento, Cafésphère… Es muy pequeña, sólo tiene una barra fuera pero con mucho encanto y muy rico el matcha.
Seguimos caminando por la ciudad en dirección hacia Plaza de España (que ahora mismo está en obras). Por el camino disfrutamos de un agradable paseo por el Carrer de Colón, muy comercial pero repleto de artistas con muchísimo talento que llenaban todo de color y energía creativa.
Mercado de l’Olivar
Paseando nos topamos con una plaza a nuestra derecha que albergaba un mercado y decidimos entrar (ya sabéis, un mercado y yo….). ¡Qué sorpresa! El Mercat de l’Olivar es un mercado de pescado fresco, del bueno, del espectacular. Además, tiene numerosos puestos para comer un pescado fresco único y exquisito.
Obviamente, decidimos quedarnos a comer. En lugar de sólo probar un puesto, repartimos nuestra hambre entre dos de ellos… No dejes de ir y probar (y si te atreves y eres muy de mar como yo, los erizos y las ortigillas te esperan). Como todo mercado, abre hasta las 15:30h, de lunes a sábado.
Tras nuestra gustosa comida, hicimos un café en otra cafetería de especialidad de la ciudad, cafetería Mistral, muy agradable y exquisita también.
Playa del Mago (Calviá)
Ya que el cielo había abierto, decidimos ir a la playa y descansar. Nos encaminamos a una zona de la isla que no pensábamos visitar, la zona de “Magaluf” pero pilla cerca de Palma y buscando, encuentras playas y calas tranquilas.
Llegamos hasta la playa más al sur, una pequeña cala turquesa a la que hay que bajar andando y que es bastante agradable y no muy transitada (para quien quiera, es naturista).
Día 6 en Mallorca
Despertamos el penúltimo día de nuestro viaje y… se nos pegan las sábanas pero oye, estamos de vacaciones y dormir sin reloj también es viajar.
Nos dirigimos hoy a la zona de la isla que nos queda por visitar (de lo que teníamos planeado) y parece que la vida nos premió con un regalazo para el penúltimo día… El rinconcito más maravilloso de todos los que hemos estado en estos días: Portocolom (tanto que si no fuese una isla, me pensaría jubilarme allí – ya viví en una isla y se me hace difícil).
Portocolom
Llegamos prontito a este pueblo del este de Mallorca y sólo al aparcar, ya me cautivó (dejamos el coche ante una casita… Ideal). Bajamos hasta el puerto, por el que paseamos entre redes estiradas para ser reparadas para marineros (cómo me recuerda a mi abuelo), hasta llegar a una agradable cafetería – restaurante, Bocoi, todo de madera en el que tomamos un rico iced latte.
Después seguimos paseando por el puerto y decidiendo en nuestra mente qué casita elegiríamos para vivir en este agradable pueblecito costero. Para mí, el puerto es lo más maravilloso de Mallorca y por supuesto, de este pueblecito.
Tras este paseo, mi compi me llevó (también de sorpresa) al Faro de Portocolom al que aunque no se puede entrar del todo, puedes quedarte bastante cerca del mismo y sobre todo, disfrutar de las vistas que te ofrece el entorno con las cuevas al frente. Me repito mucho en este apartado pero realmente, estoy deseando volver a la isla y alojarme aquí unos días sólo para pintar, leer y escribir.
Cala Figuera
Una vez completamente enamorada de Portocolom (que costó sacarme de allí), nos dirigimos al siguiente punto, Cala Figuera. Allí además de disfrutar del escenario, comimos en el restaurante local Bombar, sobre el puerto (literalmente), en el que disfrutamos de un pescado fresco del día… ¡Único!
Mi consejo es disfrutar relajadamente de este punto contemplando la salida del puerto entre rocas y cuevas.
En el pueblo de Cala Figuera puedes también ver la Torre d’en Beu, que está ubicada sobre el acantilado y es perfecto para contemplar las vistas y por supuesto, dedicarte a tomar el sol en sus diferentes calas como Cala de Mondragó y la playa S’Amarador.
En el puerto también, antes de irnos a la playa, nos tomamos un rico café con helado en un lugar muy especial decorado con diferentes budas que invitaban a la relajación absoluta. El sitio se llama El moment del mar.
Es nuestra última tarde en la isla y lo que más nos apetece es dedicarla a tomar el sol, disfrutar de la playa y en mi caso, despedirme del mar hasta mi próxima visita. Además, en nada será la noche de San Juan y me apetece “dejar ir todo lo que ya no”. Elegimos la playa de Cala d’Or… Muy agradable, con servicios pero no tan masificada. Además hay un agradable hostal con bar sobre la arena que es perfecto para brindar por el viaje al cerrar la tarde.
De vuelta hacia Palma, pasamos por un pueblo que aunque no paramos, sí dimos alguna vuelta por él y me lo apunto para nuestra próxima visita porque me pareció muy bonito, con bastante esencia y con ambiente agradable. Es Santanyí (si vas por allí, me encantaría leerte en comentarios).
Día 7 en Mallorca
Hoy es nuestro último día en la isla y a las 15:00h sale nuestro avión pero aprovechamos la mañana para visitar un barrio encantador, el Barrio de Santa Catalina. En él disfrutamos de un desayuno extenso (o brunch) exquisito en un lugar muy agradable, una bonita plaza de barrio con muchísimo encanto.
El barrio de Santa Catalina es un antiguo barrio pesquero que ha quedado justo al lado del centro de la ciudad y que ahora está reconvertido en uno de esos barrios con rollo y muy artístico (puede recordar a Malasaña en Madrid).
A él puedes llegar andando desde el centro y al entrar, te sumerges en una combinación perfecta y en equilibrio entre lo antiguo, lo marítimo, lo bohemio y lo moderno. En él conviven antiguos molinos aún en pie con coloridas casas, tiendas con muchísimo gusto y elegancia, restaurantes exquisitos y galerías de arte que abren al mundo el talento de la isla.
Nos despertamos en este barrio con un rico brunch en Mama Carmen’s, un lugar ideal que además tiene diferentes “sucursales” en el barrio vegetarianas o veganas (es cafetería de especialidad y puedes comprar sus productos).
Después nos acercamos a esos que tanto me gustan mercados de barrio, el que me fue toda una sorpresa. Su exterior no tiene nada de interesante pero dentro es todo un homenaje al color, a la buena comida y al producto de calidad. Allí además hay bastantes puestos donde puedes comer el producto fresco comprado en el mercado (te lo cocinan al momento).
Antes de marcharnos del barrio paseamos por sus calles (en sólo una manzana encuentras hasta 4 cafeterías de especialidad con mucho rollo). Si quieres despedirte de la ciudad con una gran imagen, sube al bar del Hostal Cuba Sky Bar que tiene una terraza superior con unas vistas espectaculares.
De aquí, vuelta al aeropuerto para dejar coche y volar hacia casa. Dejamos atrás un viaje muy agradable, fácil, divertido y que nos ha ayudado muchísimo a recargar las pilas.
Espero que este itinerario de Mallorca en 7 días te ayude a hacerte una ruta por la isla en tu próximo viaje. Quizás es un post un poco diferente a los anteriores, mucho más “personal” pero puede que también te guste…
Mapa para ver Mallorca en 7 días
En el siguiente mapa puedes encontrar todas las visitas organizadas por días.
Si vas a visitar otras zonas del país, esta guía de España te interesará. ¡Te leo en comentarios!